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Neuromitos en la escuela

¿Qué es un neuromito?

Los neuromitos son falsas creencias o malentendidos sobre el funcionamiento del cerebro que, aunque a menudo suenan plausibles o «científicos», no tienen un respaldo empírico sólido en la neurociencia. Cuando estos neuromitos se aplican en la educación, pueden llevar a prácticas pedagógicas ineficaces o incluso perjudiciales para el aprendizaje.

Mito del 10% del Cerebro: ¡Falso y Peligroso!

Probablemente se ha escuchado que «solo usamos el 10% de nuestro cerebro» y que, si se pudiera activar el 90% restante, las capacidades intelectuales serían ilimitadas. Este es, quizás, el neuromito más extendido.

La Realidad: La neurociencia a través de técnicas de imagen cerebral como la resonancia magnética funcional (fMRI), ha demostrado que se utiliza prácticamente el 100% del cerebro a lo largo del día, incluso durante el reposo o el sueño (Beyerstein, 1999). Diferentes áreas se activan según la tarea que se esté realizando, pero ninguna parte permanece «inactiva» de forma permanente.

¿Cómo afecta el aprendizaje? Este mito puede generar una falsa complacencia, sugiriendo que el esfuerzo no es tan necesario porque existe una «reserva» inactiva. También abre la puerta a pseudociencias que prometen «desbloquear» el potencial cerebral con métodos sin base científica, desviando tiempo y recursos de estrategias de aprendizaje probadas y efectivas.

Hemisferios Cerebrales: La Integración es la Clave

Otro neuromito persistente es la idea de que las personas son predominantemente «cerebro izquierdo» (lógicas, analíticas, matemáticas) o «cerebro derecho» (creativas, artísticas, emocionales).

La Realidad: Si bien es cierto que existe cierta especialización funcional en los hemisferios (por ejemplo, el procesamiento del lenguaje suele lateralizarse en el hemisferio izquierdo en la mayoría de las personas diestras), el cerebro humano funciona de manera altamente integrada. Para casi todas las tareas cognitivas complejas, ambos hemisferios trabajan en conjunto y se comunican constantemente (Nielsen et al., 2013). No hay evidencia de que las personas utilicen predominantemente un hemisferio sobre el otro en su personalidad o estilo de pensamiento.

¿Cómo afecta el aprendizaje? Este neuromito puede llevar a etiquetar a los estudiantes, limitando sus expectativas o las oportunidades de desarrollar habilidades en áreas que se consideran «no afines» a su supuesto hemisferio dominante. Por ejemplo, a un estudiante «de cerebro derecho» se le podría desmotivar a desarrollar habilidades lógicas o matemáticas, cuando su cerebro es perfectamente capaz de ello.

Estilos de Aprendizaje (VAK): Preferencias, no Rutas Exclusivas

La creencia en los «estilos de aprendizaje» (visual, auditivo, kinestésico o VAK) y la idea de que la enseñanza debe adaptarse a ellos es muy popular. A menudo se escucha decir: «Soy visual, así que aprendo viendo; él es auditivo, así que aprende escuchando».

La Realidad: Las personas pueden tener preferencias sobre cómo les gusta recibir información. Sin embargo, décadas de investigación han demostrado consistentemente que no hay evidencia científica que demuestre que enseñar de acuerdo con un «estilo de aprendizaje» específico mejore los resultados de aprendizaje (Pashler et al., 2008). El cerebro aprende de forma multisensorial, y la eficacia de la enseñanza depende más de la calidad de la instrucción y de la complejidad del contenido que de una correspondencia rígida con un supuesto estilo.

¿Cómo afecta el aprendizaje? Invertir tiempo y recursos en diagnosticar estilos y adaptar lecciones individualmente es ineficiente. Más importante aún, puede limitar las experiencias de aprendizaje de los estudiantes al encasillarlos en un solo modo, cuando un enfoque multisensorial y variado es lo que realmente beneficia a todos, promoviendo el desarrollo de diversas estrategias cognitivas.


Referencias:

  • Beyerstein, B. L. (1999). Whence cometh the myth that we only use 10% of our brain? In S. Della Sala (Ed.), Mind myths: Exploring popular assumptions about the mind and brain (pp. 3-24). John Wiley & Sons.
  • Bruer, J. T. (1999). The myth of the first three years: A new understanding of early brain development and lifelong learning. Free Press.
  • Nielsen, J. A., Zielinski, B. A., Ferguson, M. A., Lainhart, J. E., & Anderson, J. S. (2013). An evaluation of the left-brain vs. right-brain hypothesis with resting state functional connectivity magnetic resonance imaging. PLoS ONE, 8(8), e71275.
  • Pashler, H., McDaniel, M., Rohrer, D., & Bjork, R. (2008). Learning styles: Concepts and evidence. Psychological Science in the Public Interest, 9(3), 105–119.